EDUCACIÓN INCLUSIVA Y TERAPIA DEL LENGUAJE / FONOAUDIOLOGÍA
La llamada Educación Especial ha pasado a través de los años por diversas etapas de conceptualización, desarrollo y transformación. Se inicia con una óptica de segregación de la persona limitada o deficiente en centros especializados, con una perspectiva de atención clínico asistencialista proveniente del campo de la Medicina. Los altos costos y los pobres resultados de este enfoque han demostrado a lo largo de los años que ese no es el camino. La atención centrada aquí en un paciente enfermo que debe ser rehabilitado por un técnico, deja a la familia y a la sociedad en general, lejos del proceso de integración o inclusión de la persona que presenta una discapacidad.
Como contrapropuesta, surgen en el mundo las voces que se alzan a favor de la Integración, las cuales generan grandes controversias y experimentos en búsqueda de una educación más equitativa para quienes no tienen acceso a la misma, debido a sus características o Necesidades Educativas Especiales (NEE). Esto obedece no solo a motivos humanitarios, sino a realidades sociales y económicas específicas. Las Políticas de "Integración" o "Inclusión" de las Personas con Necesidades Educativas Especiales en América Latina, hasta ahora, son fruto más de medidas monetaristas o compromisos adquiridos con organizaciones internacionales, que de una perspectiva del respeto a los Derechos Humanos. Fomentan la implementación de la inserción o colocación de las primeras en clases regulares, a menudo sin una adecuada capacitación de los educadores o apoyo de profesionales y equipos especializados.
El concepto de Necesidades Educativas Especiales hace referencia a todas las barreras que afectan el aprendizaje y la participación de una persona dentro de su comunidad educativa. Aunque se asocia frecuentemente con las personas que presentan alguna discapacidad, su perspectiva es más amplia. Implica el reconocimiento de que todos los educandos son diferentes y pueden aprender, independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales.
De otro lado, las NEE se vinculan con mayor frecuencia al ámbito escolar. Sin embargo, éstas se interrelacionan transdiciplinarmente con las variables familia, ocupación, comunidad, ambiente y trabajo, pues implican la percepción de las personas de manera integral, dentro de una realidad social, temporal y particular.
Escrito por: Luis Alberto Alzamora Hidalgo
Como contrapropuesta, surgen en el mundo las voces que se alzan a favor de la Integración, las cuales generan grandes controversias y experimentos en búsqueda de una educación más equitativa para quienes no tienen acceso a la misma, debido a sus características o Necesidades Educativas Especiales (NEE). Esto obedece no solo a motivos humanitarios, sino a realidades sociales y económicas específicas. Las Políticas de "Integración" o "Inclusión" de las Personas con Necesidades Educativas Especiales en América Latina, hasta ahora, son fruto más de medidas monetaristas o compromisos adquiridos con organizaciones internacionales, que de una perspectiva del respeto a los Derechos Humanos. Fomentan la implementación de la inserción o colocación de las primeras en clases regulares, a menudo sin una adecuada capacitación de los educadores o apoyo de profesionales y equipos especializados.
El concepto de Necesidades Educativas Especiales hace referencia a todas las barreras que afectan el aprendizaje y la participación de una persona dentro de su comunidad educativa. Aunque se asocia frecuentemente con las personas que presentan alguna discapacidad, su perspectiva es más amplia. Implica el reconocimiento de que todos los educandos son diferentes y pueden aprender, independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales.
De otro lado, las NEE se vinculan con mayor frecuencia al ámbito escolar. Sin embargo, éstas se interrelacionan transdiciplinarmente con las variables familia, ocupación, comunidad, ambiente y trabajo, pues implican la percepción de las personas de manera integral, dentro de una realidad social, temporal y particular.
Escrito por: Luis Alberto Alzamora Hidalgo
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