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INCLUSIÓN EDUCATIVA

Adolescentes e inclusión educativa

América Latina ostenta el triste record de ser la más desigual del planeta y está conformada por países que no están entre las prioridades de los países centrales, esto implica que deberán resolver sus problemáticas con sus propios recursos, encontrar caminos que permitan un desarrollo sostenible y lograr el compromiso responsable de distintos sectores para enfrentar la desigualdad escandalosa. La educación sostenida con recursos públicos atraviesa una crisis prolongada que tiene variadas manifestaciones; la más notoria es la exclusión educativa de niños, adolescentes y jóvenes que no pueden efectivizar el derecho a la educación que garantizan todas las constituciones nacionales. El acceso a la educación es un mecanismo de inclusión social de las personas. Es un derecho, pero también es un medio que habilita para el ejercicio de los derechos. Garantizar el acceso a la educación es una responsabilidad primaria del Estado y de los actores de la sociedad civil comprometidos con los derechos humanos y la mejora de las condiciones de vida de los sectores más postergados de la población. La exclusión educativa tiene formas diversas: desde la imposibilidad de acceder al sistema formal de educación, pasando por el perder su pertenencia, hasta la “exclusión inclusiva” de los que están aparentemente incluidos en el sistema, pero no aprenden lo básico, necesario y fundamental y que, por lo tanto, sufren una estafa social de proporciones. Los distintos países de la región están impulsando programas que tienen por finalidad lograr que todos los niños y adolescentes -la franja más golpeada por la exclusión educativa- vuelvan a la escuela, permanezcan y aprendan en ella. La Fundación SES, como organización de la sociedad civil comprometida en el trabajo con adolescentes y jóvenes con menores oportunidades sociales, desarrolló, conjuntamente con docentes, educadores populares, dirigentes de organizaciones comunitarias y jóvenes, criterios y experiencias de inclusión educativa no restringidas al proceso de escolarización formal. Estas experiencias se orientan a la conformación de comunidades de aprendizaje que pueden desplegarse en sistemas diferenciados (formal, no formal, medios de comunicación, Internet, etc.), ámbitos múltiples (escuela, familia, club, etc.), contenidos y metodologías de procedencia polivalente, todos ellos sustentando las prácticas en las que los sujetos se ven implicados: diferentes lugares de aprendizaje, también extraescolares, que enriquecen la trayectoria de inclusión de los jóvenes en los espacios formales. Construir contextos educativos de estas características supone promover a los jóvenes como protagonistas de los proyectos y actores críticos de su propia inserción histórica.


Hecho por:Gustavo Silva Navarro

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