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INCLUSIÓN EDUCATIVA

INCLUSIÓN EDUCATIVA IMPLICA ABRIR LAS PUERTAS DE LA ESCUELA REGULAR A TODOS

Un buen educador es aquel que se atreve a asumir riesgos calculados en función de obtener créditos para sus discípulos.

Lo nuevo implica cambio y frente al cambio las personas ofrecemos resistencia porque tememos enfrentarnos al fracaso.

El dicho popular “más vale malo conocido que bueno por conocer” ilustra en algo este miedo al cambio pero ilustra también la mediocridad de aquél que no se arriesga a cambiar para crecer.

 

En nuestro medio son aún contados los directores que apuestan por convertir sus Centros en Escuelas Inclusivas, vemos más convicción a nivel de los maestros.

 

El profesor Miguel López Melero afirma que “la madurez ética de la sociedad viene determinada por el lugar que ocupa la persona con handicap en la sociedad”.

 

Yo añadiría que la dignidad de una persona se mide por el respeto y la aceptación que ella es capaz de tener por su semejante con discapacidad.

 

Estas premisas se harán realidad dentro de la escuela inclusiva en la convivencia con alumnos que tienen algún déficit.

En el proceso de inclusión algunas personas generalmente adultas pueden mostrar un rechazo inicial, una minoría puede quedar pegada a esta actitud rígida, renuente a permitirse crecer en el respeto a la diversidad.

 

La mayoría acepta desde el inicio y los profesores van descorriendo el velo del déficit intelectual para ver a la persona que hay tras él.  Los estudiantes necesitan todos ser mirados por sus maestros con los mismos ojos y medidos con la misma vara.

 

El alumno con déficit intelectual que cuenta con los apoyos necesarios en la escuela inclusiva se arma de un gran valor y despliega un esfuerzo inusitado, movido por el deseo de probarse a sí mismo y a los demás que puede rendir mucho más allá de lo que se espera de él y que conductualmente se adapta a las demandas del medio.

 

 

Escrito por: Luis Alberto Alzamora Hidalgo

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